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Surcar las aguas, opinión de Susana Traver

01/02/2023 18:09 0

Ha llegado el momento de hacer frente al discurso pesimista y desolador que algunos partidos políticos vierten sobre la mal llamada ‘España vaciada”. ¿Dónde queda el entusiasmo y el esfuerzo de aquellos que surcamos las aguas en contra de la marea para evitar el hundimiento del Titanic?

Son muchos los que aprecian su tierra y, otros tantos, los que optamos por residir en pequeños núcleos rurales. Tanto es así que yo misma decidí hacerlo, no solo por mí, sino también por mi hija, porque la calidad de vida que puede ofrecernos un pueblo se asemeja mucho a la de una gran ciudad, incluso, en algunos aspectos, la supera con creces. 

Pero claro, ante la desesperación de según que discursos, la única alternativa posible parece huir cuanto más rápido posible para hacernos un pequeño hueco entre tanto asfalto de la gran urbe. Digo esto porque la desesperación de los que afirman “no tener de nada” no ayuda a que los jóvenes decidan quedarse en zonas de Teruel, y convence menos a posibles nuevos pobladores. 

Los discursos victimistas de ‘Teruel Existe’ no nos ayudan, sino que nos hacen un flaco favor al dar una idea equivocada, un reflejo empañado de lo que supone vivir en el medio rural. Me dirijo a ellos y a toda la sociedad cuando afirmo, convencida y sin cataratas en los ojos, que soy feliz viviendo en un pueblo de 340 habitantes y que dispongo de todo, a lo que mi parecer, necesito. La bajada de ratios por parte del Gobierno autonómico ha permitido que en municipios como el mío puedan coexistir servicios públicos como consultorio médico, escuela infantil, colegio, escuela de adultos y transporte público que desplaza a los jóvenes hasta el instituto o a aquellos que lo necesitan hasta el centro de Educación Especial Gloria Fuertes. Esto no es todo; fisioterapeuta y podología, gimnasio, polideportivo, sala de duelos, una casa de cultura, piscina municipal y centro social completan la colección de puertas abiertas al servicio de la comunidad que las requiere. Por su parte, la institución comarcal en la zona del Matarraña no queda exenta a la hora de ofrecernos su mano y coger el timón para llegar a un nuevo puerto. Ese en el que se dota a los municipios de actividades deportivas y de ocio, trabajadores sociales o transporte de personas mayores con recogida desde sus casas para desplazarlas al centro de salud u hospital.

Valjunquera es un pueblo en movimiento, un pueblo activo que, gracias a la coordinación existente entre el Ayuntamiento y las asociaciones, y la colaboración de sus vecinos en general, consigue mantener servicios, realizar actividades culturales con asiduidad y, lo más importante, garantizar el bienestar de todos los que habitan en ella. De hecho, este municipio fue foco de atención por parte de esta misma cabecera -LA COMARCA- por haber sido uno de los pueblos que, frente a la adversidad, incrementaba en número de habitantes en lugar de perderlos. Ahora es el turno del Ayuntamiento, que lejos de empequeñecerse, abre nuevas líneas de actuación con la compra y rehabilitación de diferentes viviendas para su posterior licitación de alquiler, vistas las solicitudes de demanda. Así que, a los pesimistas, yo les tiendo la mano. Hay remos de sobra para continuar surcando las aguas. ¡Incluso cuando se avecina tormenta!

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